Mientras el gobierno de Milei resolvió eliminar la pauta oficial desde su llegada al poder, el gobierno de Axel Kicillof decidió priorizar la propaganda antes que las necesidades de la población. Entre enero y diciembre de 2024, la provincia de Buenos Aires destinó la exorbitante suma de $26.043.246.630 en pauta oficial, garantizando así el blindaje mediático de su gestión.
A través de millonarios contratos con Infobae, C5N, Crónica y El Destape, entre otros, Kicillof aseguró el apoyo de los medios afines que refuerzan su narrativa mientras la provincia se tambalea. A su sombra, un entramado de pymes camporistas que manejan portales con escaso alcance pero que reciben generosas porciones de este botín publicitario.
Un gasto descomunal autorizado por Jesica Rey
La Ministra de Comunicación Pública, Jesica Rey, tenía a su disposición una partida de $5.449.821.000, heredada del Presupuesto 2023. Sin embargo, en un acto de absoluta discrecionalidad, la funcionaria quintuplicó el gasto previsto para el año, elevando la cifra final a más de $26 mil millones.
Este uso de la pauta oficial no responde a criterios de audiencia ni de pluralidad informativa, sino a la necesidad de Kicillof de sostener un blindaje mediático que ataque a la oposición y enmascare los problemas reales de la provincia. ¿Cuántos hospitales, escuelas o patrulleros podrían haberse financiado con este dinero?
Propaganda en lugar de soluciones
Mientras el gobierno provincial malgasta los recursos en publicidad, el conurbano bonaerense se hunde en la inseguridad, la pobreza y el colapso de los servicios esenciales. Calles intransitables, hospitales sin insumos y escuelas en ruinas son el reflejo de una gestión que prefiere invertir en titulares favorables antes que en respuestas concretas para los vecinos.
La indignación crece entre los bonaerenses que ven cómo sus impuestos terminan en los bolsillos de periodistas y empresarios afines al poder, en lugar de traducirse en mejoras tangibles para la provincia. Kicillof no solo priorizó la pauta oficial sobre las necesidades reales de la gente, sino que convirtió a los medios en socios estratégicos de su relato, mientras los bonaerenses siguen esperando soluciones que nunca llegan.