Hoy desde El Disenso te mostramos que los negocios del Grupo Olmos y la UOM de Calo marchan firmes junto al (dinero del) Pueblo.
La semana pasada el Grupo Olmos anunció la contratación del expresidente de Telefónica España Luis Miguel Gilpérez, para dirigir y estructurar las negociaciones para la adquisición de los activos de Telefónica Uruguay, convocando al banco de inversión suizo UBS para estructurar el financiamiento de la operación.
El Grupo Olmos es una constelación de empresas que comenzó su expansión sideral en el año 2002, cuando Lorenzo Miguel convocó al contador Raúl Olmos para dirigir el fideicomiso que la UOM y el Banco Nación constituyeron a fin de sanear las finanzas del sindicato, cuyas deudas concursales alcanzaban los 150 millones de pesos. A partir de ahí la expansión fue explosiva y en pocos meses Olmos se convirtió en el principal prestador de la UOM, titularizando una red de 18 sanatorios que prestaba servicios a más de 500 mil afiliados.
Ser fideicomisario es éticamente incompatible con ser gerenciador y dueño de la red de empresas contratistas, justamente porque se presta a toda clase de negociados inescrupulosos.
Desde esa plataforma de negocios los Olmos se lanzaron hacia los medios de comunicación, y en 2005 Raúl y Alejandro adquirieron el 51% de Diario Crónica, y más tarde compraron BAE, la productora Underground, una planta impresora, Revista 23 y Crónica TV, además de incursionar en otras industrias.
Lorenzo Miguel falleció en 2002, y fue Antonio Caló quien recorrió junto a los hermanos Olmos el largo camino de negocios síndico-empresariales y otras fiducias que consolidaron la plataforma del Grupo. En el trayecto hubo algunos sustos legales, como el que se pegaron cuando el abogado Segundo Pantaleón Córdoba fue detenido el 1 de agosto de 2011 intentando embarcar rumbo a Uruguay con 800 mil dólares sin haberlos declarado.
Durante el juicio Córdoba explicó que desde hacía 20 años se repartían mensualmente sobres con 20 mil dólares a las principales cabezas de la UOM.
Los autores de tal delito habrían sido las entonces autoridades de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y del “Instituto de Seguros SA”. De acuerdo al fallo:
“De lo actuado surge razonablemente acreditado que durante más de veinte (20) años trece (13) autoridades de la UOM y el imputado CORDOBA habrían percibido sumas mensuales promedio de veinte mil dólares estadounidenses (u$d 20.000), dadas en “prolijos sobres marrones” por los responsables de la citada aseguradora, correspondientes al veinte por ciento (20%) de la recaudación mensual de los afiliados de tal sindicado en concepto de seguros de vida y sepelio.“
Además de señalar a la cúpula de la UOM, la justicia logró sacar a la luz parte de las empresas creadas en Estados Unidos y bienes adquiridos a través de dichas offshores, registradas a través de un tal Álvaro Castillo.
Hasta ahí llegó la investigación y el único condenado fue Córdoba. El pudor cívico del Juez Yadarola le impidió avanzar sobre Caló, incluso cuando habría quedado comprometido por las pericias caligráficas realizadas sobre la letra manuscrita en algunos sobres.
Olmos ni siquiera fue mencionado en la causa. La condena suspensiva de 21 meses, contra Córdoba, resultó un pequeño precio para dejar en el olvido una posible investigación por lavado de dinero de proporciones épicas.
Córdoba fue el jefe del departamento jurídico de la UOM, y quién confeccionó el fideicomiso del sindicato con el Banco Nación, que luego dirigió Olmos, y el “Instituto de Seguros SA”, fuente de los sobres para engalanar dirigentes, formaba parte del mismo trust constituido con el patrimonio de los trabajadores.
La sociedad entre ambos era tan profunda, que el 19 de febrero de 2004, el mismo boletín oficial que declaraba constituida la prestadora Omni Salud con la que Olmos aún hoy es prestador de la UOM, publicitaba a unos pocos párrafos de distancia la creación de Financiera del Sur, una sociedad conjunta de Olmos y Córdoba.
La causa tampoco llegó a Olmos por la pista del oficial Álvaro Castillo, y si bien se detectó un pequeño enjambre de sociedades offshore, se omitió que el mismo Castillo había sido contratado por Raúl Olmos para crear en 2009 la empresa Rason LLC, hoy a nombre de su hija Natalia, y dos años después Olcon LLC junto a su mujer, Sonia. A través de Olcon, por dar solo un ejemplo, Olmos adquirió la unidad 1007 de 18911 Collins Avenue, tasada hoy en casi un millón y medio de dólares.
Con el tiempo, el Grupo Olmos tomó vuelo sobre la UOM para pasar a parasitar al Estado Argentino. Como locatarios y a través de la empresa Alta Densidad S.A., el grupo de Olmos alquila grandes inmuebles a Nación desde hace más de una década, por cifras millonarias.
La primera adjudicación que pudimos hallar en bases de datos públicas, data del año 2010. El contenido de los convenios es inaccesible. Solo está disponible el contrato firmado entre Olmos y el Estado Argentino en el año 2017, donde se renueva el alquiler vigente por un monto de 65 millones de pesos, por entonces casi 200 mil dólares al mes. Luego, en 2019, se extendió el plazo por 6 meses y, hasta la fecha, si bien los inmuebles continúan ocupados, no se cargaron nuevas compras o contrataciones en el sistema oficial y tampoco figura publicado el alquiler en la web del ANAC.
Los inmuebles son fácilmente reconocibles. Entre ellos podemos ver el edificio de Crónica TV donde la ANAC ocupa 9 pisos, y las cocheras de la emisora:
El grupo Olmos también es el favorito del gobierno a la hora de recibir pauta oficial para mantenerse firme junto al pueblo, y solo durante 2020 percibió por ese concepto alrededor de 200 millones de pesos.
Hoy, las miradas del grupo, nacido y engordado con los aportes de los trabajadores metalúrgicos, la caja de las obras sociales y la generosa mano del Estado, apuntan a la adquisición de los activos de Telefónica de Uruguay, es decir, de Movistar, promoviendo una plataforma de amplias bases para que el “Grupo O” pueda competir de igual a igual con el cuádruple play que hoy monopoliza el “Grupo C”.
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