El fiscal Ramiro Gonzalez solicitó la indagatoria del ex presidente Alberto Fernández por los delitos de lesiones leves y graves agravadas por violencia de género y amenazas coactivas. En el escrito, Gonzalez considera probados algunos de los hechos denunciados por la ex primera dama, sustentados en las declaraciones de Miriam Veronica Yañez y Tamara Yañez, madre y hermana de Fabiola respectivamente.
Teniendo en cuenta las notorias inexactitudes vertidas en las declaraciones de Miriam Veronica y de Tamara resulta llamativo que sus dichos sean utilizados para sustentar los hechos denunciados por Yañez cuando es evidente que ambas son beneficiarias directas de la posición de la denunciante, que han disfrutado la Quinta de Olivos, viajes en aviones presidenciales, vacaciones en el complejo presidencial de Chapadmalal, salidas durante la cuarentena con festejos incluidos, cargo en Yacyreta y hoy van y vienen de Europa, donde hasta poseen custodia personal a cargo de nuestros impuestos, algo impensado 5 años atrás.
Miriam Verónica defendió a su hija contra toda evidencia. Cuando el fiscal le preguntó si Fabiola había tenido algún problema de salud antes de mudarse a Buenos Aires, con Alberto, ella aseguró que “él conoció a una chica sana y limpia y la convirtió en un despojo humano”. La historia clínica provista por INECO no concuerda; Fabiola tuvo un intento de suicidio en la adolescencia, un aborto a los 18, también padecía crisis de ira y sufría pánicos nocturnos desde la secundaria. Según el documento médico, la paciente sentía presencias “como si alguien se la fuese a llevar muerta”, y ya en 2013 estaba en tratamiento por sus frecuentes ataques de pánico. El alcoholismo, que la querella explica como una consecuencia de la violencia convivencial, ya estaba arraigado cuando se conformó la pareja.
La palabra “alcohol” se repite hasta el hartazgo en el documento, unas 33 veces, y consta que Fabiola ya tenía problemas serios con la bebida en 2015, cuando consultó al Sanatorio Adventista de Misiones para tratarse. En las anotaciones de la historia clínica, consta que cuando Fabiola abusa del alcohol, le falla la memoria y se cae en la bañera, y que en las crisis de ira agrede a su pareja por celular “por casi una hora”.
La madre de Fabiola declaró bajo juramento no haberla acompañado nunca a INECO. Parece mentira, pero la historia clínica acredita lo opuesto, detallando que “Verónica” tuvo una reunión el 17 de julio de 2018 con el psiquiatra de su hija, ocasión en la que reconoció estar al tanto del alcoholismo de Fabiola y admitió haber sido una madre negligente.
La memoria de Miriam Verónica también le falló convenientemente cuando el fiscal le preguntó respecto a las cirugías estéticas de Fabiola. Frente a la pregunta, dijo que solo fue operada por una hernia de ombligo después del embarazo.
Aquí la mentira parece flagrante considerando que Miriam acompañó a su hija en el Otamendi cuando se recuperaba de las siguientes operaciones:
- Recambio de protesis mamarias
- Cirugia plastica abdominal
- Dermolipectomia
- Lipoaspiracion de flancos
- Lipoaspiracion de rodillas
- Cirugia plastica de pared abdominal incluyendos una plastica de diastasis de los rectos y reconstruccion umbilical.
Miriam fue testigo de todos estos procedimientos, que el Dr. Saavedra enumeró en su declaración.
No solo estuvo con Fabiola, sino que, además, el 14 de octubre de 2022 a las 16:34hs, le envió un mensaje de texto a Alberto para contarle que Fabiola estaba aliviada cuando le sacaron los drenajes de los pechos.
Todas estas cirugías se le fueron de la memoria en la testimonial, quizás porque estaba muy preocupada por caracterizar a Fabiola como una (sic) “rehén económica”. La costosa obra de reconstrucción fue realizada por el cirujano plástico Dr Daniel Mendiondo.
Tamara, hermana de la ex primera dama, aportó poco en su testimonio. Habló mal de Alberto y aseguró que a Fabiola “la tenían encerrada”, pero por otro lado sabía esto porque todos los meses viajaba desde Misiones para pasar unos días con ella en Olivos. Documentos exclusivos a los que tuvo acceso El Disenso acreditan que Fabiola rompió su encierro en al menos 21 oportunidades para viajar a Misiones y otras 17 veces fue a Chapadmalal, cinco de ellas llevando a su familia.
La testigo Claudia Silvero fue citada por la fiscalía y en su declaración confirmó que Fabiola utilizaba “los viajes para encontrarse con otros hombres“ y que esto “generalmente sucedía en Misiones“. El invitado de Yañez se quedaba a dormir en la misma habitación que ella, en un quincho alquilado para la ocasión y “La pantalla se hacia con toda su familia y amigos, para que la custodia no se diera cuenta“. Ni la madre ni la hermana de Fabiola “recordaron” estas ocasiones que Silvero relato con lujo de detalles. De hecho, la madre de Yañez también olvido que acompañaba a Fabiola a encontrarse con su ex novio Oscar Kelly en el departamento de Juana Manso 1401, citas a las que acudia con su hijo Francisco.
El punto álgido en la testimonial de Tamara surgió cuando la abogada de Alberto Fernández intentó preguntar si ella sabía que Fabiola estaba embarazada a su regreso de Londres, a donde había viajado sola. Esto generó la objeción de la querella y el fiscal decidió cancelar la pregunta.
Corría 2016 y Fabiola se fue seis meses de “learning holidays” a Londres, una modalidad super top para intercalar el turismo con el aprendizaje de idiomas. Alberto no la acompañó. Tras su regreso, el 6 de febrero de 2017, se atendió en la guardia ginecológica del Otamendi. Según los registros de la institución, una ecografía dio cuenta de un embarazo de embrión único con fecha probable de parto para el 29 de septiembre. Una cuenta simple sugiere que vino embarazada de Inglaterra, y según constancias de Ineco sería ese el tercer aborto hasta ese momento, y el segundo desde que conoció a Alberto.
La reticencia de la fiscalía a tratar el tema es comprensible y se sustenta en cuestiones de intimidad. Sin embargo, a un hombre acusado de forzar un aborto, habría que permitirle ejercer su defensa sin tanto tapujo y respetando el principio de igualdad de armas, no sea que la intimidad se proteja o se viole según convenga a la parte acusadora.
El resto de los hechos, se sustentan en las imágenes obtenidas del teléfono de Cantero, que no pueden considerarse pruebas validas contra Fernández, ya que Yañez no aportó los originales ni tampoco los celulares con los que se habría tomado dicho material. Todo lo que se tiene hasta el momento son las capturas de pantalla recibidas por Cantero y capturas de pantalla de una galeria de iPhone que aun no fueron peritadas, provenientes de un celular que no fue aportado a la causa, lo que impide garantizar la integridad de los archivos y deja abierta la posibilidad de que hayan sido alterados digitalmente, al mismo tiempo que impide determinar si esos hematomas corresponden a golpes o a tratamientos esteticos mal realizados.