El 28 de febrero de 2015 los docentes acordaron con Nación un aumento del 27,4%, que los posicionaba levemente por encima de la inflación. Ayer se sentaron a negociar la paritaria y su reclamo inicial tiene un piso del 35%.
Cuando arreglaron un 27,4%, el dólar estaba a $8,74 y hoy toca los $13,98, trepando un 60%, subida acompañada por los precios y agravada por la quita de los subsidios en los servicios públicos.
En ese contexto, ayer se sentaron a negociar la nueva paritaria con el Ministro de Educación, Esteban Bullrich, diversos representantes de los docentes, entre ellos la Unión de Docentes Argentinos (UDA); la Asociación de Maestros de Escuelas Técnicas (AMET); el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop); Confederación de Educadores Argentinos (CEA) y Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera).
El oficialismo había adelantado que solo admitirá aumentos que no superen el 25, y la respuesta a los docentes que pedían del 35% al 45% fue muy clara: NO HAY CONTRAPROPUESTAS. Y la negociación se pasó a cuarto intermedio para la semana que viene.
A la salida de la reunión, Eduardo López, secretario gremial de Ctera, dijo a Télam que “presentamos nuestra propuesta que es un piso de 35 por ciento de aumento con cláusulas de revisión y monitoreo permanente por si se dispara la inflación para no perder poder adquisitivo”.
El caballito de batalla del ministro Bullrich fue que los docentes se benefician por la suba del mínimo no imponible en ganancias, que ascenderá a 30 mil pesos, y porque les aumentarán las asignaciones familiares, según expresó Sergio Romero, de UDA, quien se manifestó “bastante desilusionado” por la actitud del funcionario.
En la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel titular de Suteba y alineado con la CTA de Hugo Yasky, se expone a la misma situación. Su gremio exige aumentos del 35% al 40%, que chocan con la oferta del gobierno de Vidal, que ofrecen entre el 20% y el 25%.
A la luz de los aumentos de precios, a la devaluación, y la quita de subsidios, es evidente que los docentes, tan combativos por sus derechos durante la era K, hoy le proponen al gobierno del dialogo un arreglo con salarios a la baja para todos sus representados, y aún así su oferta no fue siquiera considerada.
A todo esto se suma la notificación de que el gobierno le tomará prueba a los docentes y directivos de todo el país para analizar sus capacidades. El ministro Bullrich se tomó el trabajo de aclarar: “no es para castigar a nadie”.