Melisa Bogarin, una joven mamá del ProHuerta cuyo esposo había sido recientemente despedido de la Secretaria de Agricultura Familiar, sufrió hoy un paro cardíaco mientras exponía en una asamblea donde los trabajadores pedían a Desarrollo Social por su fuente de trabajo.
Hoy durante una asamblea de trabajadores en Chaco, mientras Marisa explicaba sus miedos por la continuidad de sus sueños de trabajo y familia, se descompensó y sufrió un paro cardíaco. La joven mamá falleció mientras era trasladada al hospital más cercano para ser atendida.
Melisa Bogarin tenía 30 años, estaba casada con Germán y era mamá de Maya, de apenas 1 años de edad. Trabajaba desde hacía 8 años en el programa ProHuerta en Chaco, pero por decisión del Ministerio de Desarrollo Social, su contrato precarizado y el de otros 232 trabajadores ProHuerta de todo el país, había sido extendido solo por tres meses, sin seguridad de renovación. Su marido Germán acababa de ser despedido de la Secretaria de Agricultura Familiar. A Marisa y Germán les habían otorgado el año pasado un crédito Procrear para construir su primera vivienda.
Como miles de laburantes de la gestión pública, desde hace 4 meses, venían sufriendo la humillación, la persecución y el maltrato, no solo de un gobierno que nos trata de ñoquis y vagos, sino de un sector importante de la prensa nacional y la sociedad que repite ese relato, sin fundamentos, sin saber, sin conocer una sola historia de estos trabajadores, queriéndole cobrar a Melisas y Germanes vaya saber qué venganza.
Homenaje a Melisa y a su familia
Por Paty Valdi (compañera de Melisa)
Amor precarizado, amor mal remunerado, amor inestable… los que te dicen “ñoqui” jamás han sentido lo que es amar su trabajo, lo que es poner de tu bolsillo para que una actividad salga, lo que es sentirte pagado con una sonrisa, con la dignidad en los rostros que conquistaron un derecho… Los que te dicen ñoqui porque no cumplís horario, no saben lo que construye darle tiempo a una charla y a unos mates con esos a los que nadie escucha, lo que es haber perdido la cuenta de las horas extra, los trabajos de fin de semana, las levantadas al alba para ir a algún paraje perdido… lo que es haber estudiado tanto y seguir leyendo tanto y tanto, no para ganar más plata, sino para estar a la altura de los conflictos con los que te enfrentas a diario, para darles lo mejor que tenés a aquellos a los que siempre les han llegado las migajas o las dádivas del interesado de turno…
Los que te dicen ñoqui y acomodado no saben que vos estas ahí por opción, porque entendiste que una mujer humilde que toma la palabra “golpea” más que mil portadas de un diario que vende su verdad al mejor postor, y que cuando un campesino acostumbrado a callar levanta su mano gastada de trabajo para decir “yo opino”… se trasforma la realidad para siempre.
Qué pobres y vagos son esos que te dicen ñoqui, sin tener idea de lo lindo que es trabajar por algo muchísimo más grande que un sueldo a fin de mes.
Para Melisa, Germán y Maya… para todos y todas los que creen (en serio) en la comunicación popular y para los trabajadores y trabajadoras de la Secretaría de Agricultura Familiar que entregan el alma por los hombres y mujeres del campo profundo.