En marzo de 2016, Rosa Graciela Lebbos, hermana de Paulina Lebbos, la joven asesinada en febrero de 2006 en Tucumán, denunció al ex gobernador José Alperovich por insultarla y amenazarla en la vía pública. El hecho fue fogoneado mediáticamente por su padre, Alberto Lebbos, y será presentado en el juicio oral y público que comenzará en el mes de febrero, pero la maniobra de sentar a la hermana de Paulina en el banquillo para acusar al ex gobernador por “violencia de género” acaba de derrumbarse: el ex presidente de la juventud del PRO en Tucumán y adlátere de José Cano, estampó su firma en el expediente del INADI que concluyó que “no existen elementos suficientes en lo actuado como para tener por acreditada la materialidad de la conducta denunciada“. En otras palabras, lo que denunció Lebbos es completamente incomprobable.
Las pruebas presentadas en el INADI por Lebbos contra Alperovich consistieron en una copia del DNI de su hija Rosa, la denuncia policial e impresiones de las notas publicadas por portales informativos afines, que no hicieron mas que levantar el testimonio del denunciante. Uno de los detalles que llamó la atención de los investigadores es que Lebbos no consignó testigos, pese a relatarse situaciones donde intervinieron terceros.
Desde El Disenso analizamos las tres versiones brindadas:
De acuerdo a lo publicado por la Izquierda Diario: “Rosa Lebbos se acercó al senador y le reclamó que dijera el nombre del asesino de su hermana. Según lo denunciado, Alperovich le respondió “Puta, ya vas a ver lo que te va a pasar”. La hermana de Paulina asegura que tres guardaespaldas se interpusieron entre ella y el ex gobernador, y que tres mujeres que estaban con él comenzaron a insultarla. Refugiada en un comercio cercano, llamó por teléfono a su padre“.
Si bien Lebbos asegura haber llamado a su padre desde un comercio, no hubo ningún testigo que corroborara esta versión y tampoco nadie pudo dar testimonio de los insultos.
En la versión brindada a la policía, Rosa asegura que “hombres” que se encontraban cerca del senador “se vinieron hasta donde yo estaba” (que supuestamente era enfrente de Alperovich), y debió ingresar a un almacén. Luego de 20 minutos se fue a su domicilio, en pleno centro de San Miguel de Tucumán, seguida por “sujetos“. En este caso tampoco hubo testigos de lo relatado. Lebbos asegura haber sido seguida a su departamento, e incluso a posteriori de realizada la denuncia refiere que los “sujetos” continuaban “en las cercanías”
En la denuncia del INADI en cambio, Lebbos remarca que Alperovich iba “acompañado de mujeres” que la insultaron “y también por hombres que la siguieron por la calle“.
Durante las actuaciones se constató que el ex gobernador caminaba acompañando a su madre a visitar a su suegra, quien falleció poco tiempo después; que no tuvo intercambio verbal alguno con la denunciante, y que no existieron guardaespaldas ni “hombres” junto a ellos.
La conclusión del organismo fue determinante: “considero que no existen elementos suficientes en lo actuado para tener por acreditada la materialidad de la conducta denunciada“. La copia del expediente lleva la firma del Lic. Ramiro Granado, Delegado INADI Tucumán, militante macrista, ex vicepresidente de la Juventud PRO y hombre de confianza de José Cano, alguien que ciertamente no puede ser tildado de “Alperovichista”.
Este martes, en la audiencia preparatoria, se decidió incorporar a Rosa Lebbos a la lista de los 270 testigos que desfilaran ante los jueces de la Sala III de la Cámara Penal, Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez, para que la hija de Lebbos relate este episodio de “violencia de género” en el marco del juicio oral y público por la muerte de Paulina Lebbos que se iniciará el 6 de febrero. Alberto Lebbos, que frente a las cámaras asegura que este “Es un proceso que ya lleva 12 años, lo que menos quiero son más interrupciones“, continua inyectando distracciones a la causa.
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