Mientras las mujeres marchaban y los movimientos de base sacudían la tectónica sindical, el magnate y ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue la figura estelar de la Cumbre Argentina, un cónclave ultraliberal organizado por el periódico británico The Economist. Hoy, en El Disenso, te contamos de qué se trató todo esto.
El día de ayer se realizó la cumbre “The Economist’s Argentine summit 2017” organizada por el emblemático periódico liberal británico The Economist. En la página oficial de la organización podemos leer que la cumbre se realiza en un contexto en el que Mauricio Macri termina con más de una década de kirchnerismo y la argentina resurge en el escenario global, y que tiene por objeto una evaluación conjunta de empresarios y gobernantes sobre el progreso general del país. El encuentro entre líderes empresariales y funcionarios de gobierno se realizó en el recoleto Alvear Palace Hotel, y el hecho de que se haya realizado en la misma jornada que la marcha por el Día Internacional de la Mujer es un buen indicio para clasificarlo dentro del ya superpoblado conjunto de las cosas que parecen elefantes que nos pasan por detrás.
En el temario propuesto por el periódico bitánico se destacan los interrogantes sobre la capacidad de Cambiemos para reconstruir institucionalmente la sociedad Argentina o sobre la posibilidad de que el gobierno pueda aprender de referentes que hayan atravesado desafíos similares en otros países; en tal sentido resulta coherente que el principal orador de de la Cumbre Argentina haya sido el ex presidente chileno Sebastián Piñera, seguido en prelación por la anglófila Susana Malcorra y el Jefe de Gabinete Marcos Peña Braun.
En el marco del evento, Piñera, el amigo y referente político de Mauricio Macri que en un solo mandato incrementó su patrimonio en mil quinientos millones de dólares, explicó que “antes de Macri argentina era un país muy enfermo”.
Esto pasó exactamente un día después de que Enrique Pérsico, con impertérrita sonrisa, aplaudiera a los triunviros que cacareaban como gallinas frente a un pueblo que necesita gallos de riña dirigiendo la lucha obrera. Entre los trabajadores, cansados del regodeo hipócrita de una dirigencia sometida al proyecto neoliberal, se levantó una vocecita, y luego otra, y otra, y entre todas hicieron un clamor de base que hizo tronar la tectónica argentina con su grito de urgencia: “pone la fecha la puta que te parió”. Mientras tanto, en el Alvear Palace muchos huéspedes se preparaban para la cumbre de ayer.