Cambiemos blanqueó la compra de la primera tanda de casas prefabricadas y el propio Mauricio, acompañado por Ivan Kerr, otrora compañerito del cole y actual Subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, viajará a la República Popular de China para estampar su firma y sellar el acuerdo con un accionista del socio chino de IECSA. Se trata de la primera etapa de un ambicioso proyecto aspira, según aseguró el Presidente de la Nación, a montar un millón de nuevas viviendas.
Tal como adelantó El Disenso en la investigación: “Macri le quiere comprar 1 millón de casas prefabricadas a un socio comercial chino“, el gobierno ha decidido acordar con un accionista del socio de IECSA una compra de casas prefabricadas en china que podría llegar al millón de unidades habitacionales importadas en un proyecto inmobiliario de dimensiones faraónicas qué, de cumplirse las promesas de campaña, alcanzaría el monto de 624 mil millones de pesos. El Cronista Comercial confirmó ayer la operación al informando que durante el próximo viaje a China la comitiva oficial contará con la presencia del subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Ivan Kerr, y que tendrá por objeto concretar la compra de 15.000 casas prefabricadas que se realizará en dos tramos, una cantidad que triplica la vaticinada en febrero por El Disenso para la primera etapa.
Kerr, amigo de Macri desde los inocentes años en el Cardenal Newman, será el encargado del relanzamiento del plan Procrear, y todo indica que estas casas chinas prefabricadas se implementarán tambien en los planes de vivienda social a nivel nacional. La compra por 15 mil casas no sería la única ya que Letra P menciona compras similares por parte de las provincias de Mendoza y Misiones en el marco del Plan Belgrano. La compra a China fue discutida en un encuentro entre empresarios de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) y funcionarios del ministerio del Interior donde los representantes de Faima les solicitaron “la misma voluntad política” para ellos, que han quedado al margen del gigantesco emprendimiento.
Liang Wengen se reunió con el Mauricio Macri el 3 de septiembre para sellar acuerdos bilaterales comerciales. El empresario chino, hasta 2014 considerado el mayor magnate de su país, ya había hecho negocios privados con el presidente argentino a través de sus inversiones en la empresa China Communications Construction Company – CCCC, de la que fue tercer inversor individual. CCCC ha participado de uniones transitorias con IECSA, la firma del presidente que hasta hace pocos días se mantuvo en manos de su primo y hoy pertenece al socio del magnate Joe Lewis.
A través de una UTE, IECSA y CCCC obtuvieron de manos de Mauricio Macri la millonaria licitación del segundo tramo del gasoducto de Córdoba por la suma de $3,039,359,016.75. De esta manera, Wengen era el tercer accionista individual de la socia de la empresa de la familia Macri.
Cada casa de 60 metros cuadrados con un costo por metro de USD 650 vale, sin contar el terreno, USD 39.000. Para entregar las primeras cinco mil viviendas, la empresa china proyecta invertir USD 30 millones. Calculando que el precio final de cada vivienda es de USD 39.000, el proyecto piloto le reportará a SANY un volumen de USD 195 millones. Un excelente negocio para los chinos ya que, si Macri consiguiera inversores para financiar su sueño de erigir un millón de nuevos hogares, harían un negocio de USD 39.000.000.000, equivalente de $624.000.000.000.
Durante la última interpelación al Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun negó de manera rotunda y vehemente la consulta del diputado misionero Daniel Di Stéfano, quien le había preguntado si eran ciertas las versiones de que Cambiemos pretendía realizar un enorme negocio inmobiliario que destruiría la industria de su provincia.
“Diputado Di Stéfano no tengo ninguna información respecto a ninguna compra de casa de madera china” respondió un muy mal informado Jefe de Gabinete, que aún asesorado por una horda de asistentes que había improvisado su cuartel informático en el pasillo del Congreso, disponía de menos información que cualquier lector habitual de El Disenso.